Viajes repetidos, autenticidad y expectativas

Por Lucas Fernández Canevari

“Un diablero es un diablero y un guerrero es un guerrero. O se puede ser las dos cosas. Hay bastante gente que es las dos cosas. Pero un hombre que sólo recorre los caminos de la vida lo es todo. Hoy no soy ni guerrero ni diablero. Para mí no hay nada de eso. Para mí sólo recorrer los caminos que tienen corazón, cualquier camino que tenga corazón. Esos recorro, y la única prueba que vale es atravesar todo su largo. Y esos recorro mirando, mirando, sin aliento.”

Don Juan a Carlos Castañeda.

En muchos destinos del mundo se suelen seguir rutas pre-establecidas generalmente creadas por las guías de viaje. Tal es el caso del “Banana Panckake Trail” en el sudeste asiático o el “Gringo Trail” en Sudamérica. Ambos son claros ejemplos de rutas que conectan todas las ciudades “tourist friendly” y que todos los fieles siguen cual camino hacia la verdad. Estos itinerarios tratan de condensar todo lo indispensable que hay para ver pero los seguidores viajan ignorando todo lo que hay por afuera.

Por el otro lado existe el rebelde salvaje que evita taxativamente todos estos destinos porque están lejos de lo “auténtico”. Piensa que el turismo denigró esos lugares y que el “verdadero” país se encuentra en las afueras de las famosas rutas. Tiene un discurso épico hacia los seguidores de guías, tratando de quitarles el velo conjurado por las guías de viaje.

Ambos personajes son extremos ficcionados de una realidad que, con sus matices, se repite a lo largo y ancho del mundo por más absurda que parezca. Y muchos viajeros andan por ahí en busca de una experiencia que les de libertad, sin darse cuenta de que son consumidores de una nueva tendencia hacia el ocio y los viajes, con fuertes campañas que se alejan del concepto de vacación tradicional (mar y playa) y se acercan a la aventura, a lo desconocido. Priorizando lo exótico en los destinos y en las culturas.

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Lo cierto es que realizar el mismo camino que tantos otros, viendo a las mismas personas, en los mismos lugares, genera irremediablemente viajes repetidos. Los blogs y las guías de viaje son los grandes responsables de esto. O mejor dicho sus fieles seguidores. Y en tiempos de la inmediatez de Instagram y Facebook hasta las fotos se repiten, logrando que el pasado y el presente se confundan, con la frase “yo estuve ahí” como slogan de cabecera.

Pero salir de estas rutas tampoco genera una sensación de autenticidad. The X-Files revival has officially https://clickmiamibeach.com/ wrapped filming, with the last episode due for broadcast in the U. Al fin y al cabo, no es más que el resultado de las elucubraciones que formamos en nuestra mente. No existe un lugar más autentico que otro, son nuestras expectativas y los prejuicios los que afectan nuestra percepción de la realidad.

Abordar el concepto de autenticidad no es tan sencillo. Pensemos por un minuto que el simple hecho de recibir visitas hace que uno cambie algunas costumbres; se limpia y se ordena más, se cocina para agasajar al huésped, etc. Lo mismo pasa con los lugares. Cuando se llega a un lugar poco frecuentado por turistas, la primera sensación sería la de estar en un lugar más auténtico, pero inmediatamente la gente que está a nuestro alrededor cambia su forma de actuar ¿es la misma con o sin tu presencia? Simplemente cambia el entorno pero por eso ¿deja de ser auténtico? ¿O por qué es menos auténtico aquel lugar que tiene montado un show para los turistas?

«Y muchos viajeros andan por ahí en busca de una experiencia que les de libertad, sin darse cuenta de que son consumidores de una nueva tendencia hacia el ocio y los viajes, con fuertes campañas que se alejan del concepto de vacación tradicional (mar y playa) y se acercan a la aventura, a lo desconocido. Priorizando lo exótico en los destinos y en las culturas.»

La gran culpa de esto la tienen las expectativas. Me encontré con muchos viajeros que vuelven decepcionados de su viaje “místico” a India. Antes de ir hacia el subcontinente tenían un concepto de un país avocado a la “espiritualidad” y “al encontrarse con uno mismo”. Sin embargo, al llegar se dieron cuenta de que la espiritualidad no está en todos lados y la mayoría de los indios están muy lejos de ser santos. En India, el sentido del materialismo ya llegó (y para quedarse). Sueñan con autos y celulares. Y esa ambición los puede llevar a querer hacer dinero de cualquier forma, incluso engañando. La paz y espiritualidad que los occidentales van a buscar a India, se enfrentan al deseo materialista de los indios del cual, los occidentales que viajan para allá, se escapan. Este problema recurrente no es de los lugares, sino de las expectativas que se les exige (y acá no quiero entrar a discutir las causas y consecuencias de la llegada de la modernidad a países como India, que fue cuna de grandes corrientes filosóficas).

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El mundo es lo que es. Y vale la pena explorarlo, pero siguiendo tu propia ruta. No importa lo auténtico que esperes que sea tal o cual lugar, seguramente será diferente. Si podemos cambiar nuestras expectativas y ver las cosas tal como se nos presentan, entonces nos daremos cuenta de que cada experiencia es única y auténtica por sí misma. Porque la experiencia no es lo que te sucede, sino que es lo que uno hace con lo que le sucede.

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  • […] Los motivos de un viaje a India son múltiples e India parece satisfacerlos todos. Lo único común es el resultado: no deja a nadie indiferente. Podríamos detenernos un buen rato hablando de las expectativas, y la autenticidad que supone viajar a India, pero eso ya lo hicimos en otro lado. […]

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