El viaje de Maribel – Capítulo II

  • por Romina Marelli | Ilustración: Aonik

Día 13 – San Nicolás (continuación)

“¿Querés otro mapa?” ¿Escuché bien?, ¿no se dio cuenta de que tengo todo el rímel corrido? ¡Mi problema es otro!
Giré lentamente y mi mirada se concentró en sus manos que sostenían el vaso, ¡horror! Uñas negras, manos callosas. ¡Qué será de mí sin mi Martín y sin mi papi!
Rápidamente su voz ronca rompió mi pensamiento para decirme:
-¿Me estás escuchando? ¡Braulio, traele una cerveza a la señorita!

Y sin que yo me diera cuenta ya estaba con el vaso en la mano. Mis prejuicios se fueron derrumbando a medida que hablaba con Antonio, así era su nombre. Él se encargó de todo, llamó a la empresa desde la estación y me dijo que me alcanzaría hasta un pueblo cerca de Rosario, donde me esperaría Martín totalmente asustado.
Así que salimos y nos dirigimos hasta su vehículo, fui tranquila porque en uno de los últimos blogs que leí “la taconera sacude su polvo” decía que la gente es muy solidaria sin pedir nada, ¡ni cambio!

En el playón de la estación de servicio no veía ningún auto, seguramente estaría estacionado fuera de mi campo visual. Pero… ¡horror!, ¡horror!¡se subió a un camión inmenso lleno de vacas! A punto de desmayarme deduje que ése era el olor espantoso que sentía en ese lugar. ¡Qué va a ser de mí! ¡Vegana de nacimiento!
Tapándome sutilmente la nariz trepé y caí una y otra vez de esa máquina infernal. Yo quiero creer que eso que manchó mi remera nueva de diseñador es barro y no una sustancia de desecho.

El interior del camión olía igual o peor que esos animales, tenía fotos despegadas y ajadas de mujeres desnudas y yerba mate por donde se mire, respiré profundo y me dije:
-Maribel, son solo 70 km hasta Martín, ¡vos podés!

Comencé a usar mis técnicas de meditación, entonces Antonio colocó un objeto rectangular en un orificio del camión, era un cassette (papi me había hablado de eso), y comenzó a sonar cumbia. Luego de unos kilómetros las letras de algunas canciones empezaban a sacarme varias sonrisas.
Tuve mucho miedo al principio, pensé en llamar a papi desde algún teléfono público, pero sabía que lo que me ocurría era parte de madurar, crecer, y no podía dejarme vencer tan rápidamente. Así que aquí estoy, cebando mate, ¡sí!, ¡hice mate por primera vez!; igualmente de ninguna manera esto figurará en mi ex diario íntimo (hoy llamado bitácora viajera de Kitty). Mis amigas no pueden enterarse de esto, es sólo anecdótico.

Luego de un tiempo tenía polvo en todos lados, mi pelo era paja. Mientras sacudía las hojitas de yerba mate pegadas en mi pierna por la transpiración Antonio me dice:
-Ya casi estamos -comenzó a darme indicaciones para que pueda llegar hasta donde me esperaría el micro-. Te voy a dejar en Rosario, tenés que tomar el colectivo que pasa por aquí hasta Cañada de Gómez- mientras me daba unas monedas. Era demasiada información, jamás me iba a acordar tantos detalles; le dije que fuera más despacio para poder recordar y me repitió -Estamos en Rosario, debés tomar ese colectivo hasta Cañada de Gómez. Gómez, como mi apellido.
-Ok, ok Antonio-le dije-, ya entendí
Agradecí el favor, patiné otra vez por las escaleras del camión, saludé firmemente y, decidida, me dirigí hacia la parada.

Tomé el colectivo, y luego de un tiempo bajé al ver un cartel que efectivamente decía Cañada San Antonio. Antonio como el camionero, pero no veía el micro por ningún lado, es el día (13), sin dudas, el más largo de todos. Sabía que ese número no era de mi suerte. ¿Qué habrá pasado? ¿Dónde estará Martín? ¿Y el micro? Cañada de San Antonio, Cañada, ¿qué tipo de madre le pone Cañada a un hombre?

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  • Romina Marelli cruzarlapuerta.com

    Todo empezó gracias al amor,  comenzó a escribir en cuadernos soñando que se transformaran en libros. Creció con la idea de sanar heridas y se recibió de Licenciada en Instrumentación quirúrgica. Estudió varios años farmacia pero su pasión por la familia y viajar hizo que tomara la mejor decisión de su vida: dedicarse a esos dos últimos. Le encanta volar haciendo acrobacia en telas, fotografiar momentos únicos de sus viajes  y colaborar en el blog cruzarlapuerta.com. Otro Mapa encierra todo lo anterior.

  • Aonik Ilustradora

    Apasionada por el dibujo desde que tiene memoria. Desde chica soñó con poder dibujar personajes y crear historias como las que veía en televisión. La cultura japonesa en particular fue su gran fuente de inspiración e impulsora de su carrera artística. Mayormente autodidacta, aunque recientemente se recibió como Diseñador de Ilustración en la Universidad de Palermo. Pueden ver sus trabajos en aonik.deviantart.com/gallery/

Showing 2 comments
  • Ori
    Responder

    JAJAJ, me encanta la serie de Maribel.
    Un saludo!

  • Romina
    Responder

    Muchas gracias!!!!!, nos divierte mucho hacerlo!!!!!, saludos.

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