Cosa de todos

on este cuarto número, que sale en el comienzo del invierno austral, completamos el primer año como revista. Cuatro estaciones, un año, sí. Se nos infla el pecho al decirlo. Un año que no fue sencillo, hacer una revista de esta factura con tanta profundidad por amor al arte requiere de mucho esfuerzo, de renovar apuestas y acomodar expectativas. No explotaron nuestras casillas de correo, no llovieron ofertas para imprimirla, no fuimos trending toppic, no. Pero cuando nos juntamos en casa, hace ya un año y pico, y le empezamos a dar forma al proyecto nada de eso estuvo en la charla. Porque sabíamos que iba a ser difícil y, también, sabíamos que no podíamos dejar de hacerlo. Había algo que faltaba, había cosas de las que no se hablaba.
Sentíamos, y sentimos, que OTRO MAPA es necesaria. Porque es necesario pensar al mundo, conocerlo y volverlo a pensar. Cada vez es más pertinente aprender de todos y, entre todos, buscar soluciones. No podemos ser simples turistas en un mundo que se autodestruye, sería como ir en puntas de pie, sin comprometerse. Es momento de sacudir a los lectores perezosos. En tiempos de instantaneidad, donde las redes sociales marcan el pulso, hacer una revista trimestral, densa y sin consejos ni concursos, es ser completamente contracultural, es ser un incordio. Y nos gusta. No podemos dejar de serlo.
Cuando fundamos OTRO MAPA Google ya existía. Entonces qué sentido tenía seguir dando consejos, explicarte cómo sacar un ticket barato o conseguir alojamiento gratuito. Sabemos, porque lo vivimos, que lo vas a encontrar, que todo eso se aprende, sobre la marcha, en el camino. De nada sirve llenar páginas de tips sobre tal o cual cosa: si querés conocer París y no tenés plata vas a hallar la manera de hacerlo. Siempre la hay. No queremos perder más tiempo, por eso ponemos el acento en la mirada. Vos del mundo conocés lo que quieras, nosotros te mostramos que puede haber un país dentro de otro celebrando a un santo que en otras geografías invita a caminar hasta transformarse, que hay fiestas que te pueden empujar a pensar el mundo y otras tienen un precio muy alto, porque en tiempos festivos el mundo se da vuelta y un ritual se puede volver algo cotidiano y las rutinas pueden devenir en rituales pintorescos.
Hoy, como hace un año, seguimos buscando hacer una revista que nos cambie, sumando visiones para reconstruir el mapa de una tierra cambiante, rescatándola de las páginas sacralizadas de las guías de viaje y de las pantallas de noticieros sensacionalistas. Lo bajamos a cosas concretas, lo ponemos enfrente tuyo, con personas reales, que vimos, que tocamos. Y cuando los números se convierten en caras y las caras en personas, todo cambia, vos cambiás.
Por eso escribimos, por eso sacamos fotos, por eso seguimos haciéndonos preguntas incómodas. Guerras, conflictos raciales, el hambre, la deforestación, que se pierda un dialecto o que cierre el último almacén de un pueblo, son cosas de todos. Sabemos que el principal problema es hermenéutico: lograr ese OTRO MAPA más tolerante y diverso que soñamos sólo se puede si entendemos que todos somos el mundo.